¿Cuánto mide la felicidad? No lo sé, pero es el momento de guardar la que tengáis y de cultivarla para fabricar más felicidad, porque todo está cambiando a mucha velocidad. Nos hemos adaptado a esta situación. Hace poco más de un mes todo era diferente, salíamos a la calle sin darle importancia. Ahora cargamos la batería del móvil cuatro o cinco veces al día y saludamos a nuestro vecino por la ventana.
Mis padres fundaron Masaltos.com en 1993 y han conseguido superar dos crisis económicas, la propia de 1993 y la de 2007. Ellos estaban preparados y su empresa también. Pero esta crisis es diferente. Se necesita una preparación mental que se alimenta de esperanza y de felicidad. Por eso hay que cultivar más felicidad que nunca.
Esta crisis nos ha cogido a todos desprevenidos. A mí, el primero. Siempre tengo un mensaje positivo y sé que saldremos adelante. Pero también tengo mis altibajos porque soy humano, igual que tú.
Todo el equipo de Masaltos.com está en su casa, teletrabajando, menos un compañero, mi hermana, Noemi, y yo, que venimos al almacén dos días por semana para preparar los pedidos. Con todas las medidas de seguridad. Todo lo demás lo hacemos desde casa. Algunos con su pareja y otros con sus hijos, haciendo de maestros de escuela al tiempo que tienen vídeoreuniones por Skype con proveedores y no pueden despegarse de su ordenador. También hay que vestir a los niños y prepararles el desayuno, mientras escribo este texto.
Parece muy lejano el tiempo en el que queríamos el teléfono móvil de última generación. Ahora usamos las tardes para hacer pan en casa o sembrar tomates en una maceta que tenemos en la ventana. Hemos cambiado nuestra escala de prioridades.
Creo que no es el momento de vender. Lógicamente, nos hace falta vender para continuar. Pero no es el momento. Es el momento de empatizar con los clientes, que entiendan que, más allá de la intención de venta, está la condición humana. Nosotros detectamos que empieza a respirarse una sonrisa en la gente.
Antonio Fagundo
CEO de Masaltos.com